Publicado el Lunes, 03 Abril 2017, en Noticias y Eventos
Los profesores del IEU reaccionaron ante la tragedia que tiene en el ojo del huracán al ordenamiento territorial.
Ante la tragedia ocurrida la noche del pasado 30 de marzo en el municipio de Mocoa (Putumayo) el país entero se enluta ante una avalancha que por ahora cobra la vida de más de 200 personas y ante el paso del tiempo aumenta el número de personas desaparecidas.
La situación sorprendió a sus habitantes mientras dormían cuando fueron alertados por el desbordamiento de los ríosMocoa, Sancoyaco y Mulatos, que arrasaron con su paso con la infraestructura de la ciudad y la población de barrios como San Miguel, Modelo, San Antonio y El Progreso.
Ante esta trágica realidad, el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, consultó a sus Profesores expertos en estudios urbanos sobre las circunstancias que enmarcan tal situación, en lo que para el Director del IEU Carlos Alberto Patiño Villa tiene que ver con falta de prevención y de capacidad de respuesta del Estado, pues en su opinión “aquí sucedieron las dos cosas, las medidas de prevención no fueron claramente tomadas y la respuesta del Estado ha sido absolutamente lenta”.
En este sentido, diferentes apreciaciones surgen en este contexto, la primera de ellas, debido a la falta de planificación urbana y del ordenamiento del suelo, así lo indica el Director del IEU, “en general el país no ha crecido con ordenamientos territoriales, se ha dado urbanismo espontaneo de ocupación del suelo y del territorio y en el caso de Mocoa la gente se acostumbró a vivir al lado del río; el Estado debía advertir el riesgo y tomar las medidas necesarias” expresó el Profesor Patiño.
Así mismo, el Profesor Fabio Zambrano Pantoja recordó: “En el caso de Mocoa el PBOT (Plan Básico de Ordenamiento Territorial) estaba sin actualizar, lleva quince años y no tiene ningún efecto en las autoridades de planeación municipal para que haya una intervención en la urbanización irregular cerca de los ríos”, es decir, se desconoce la importancia de este instrumento, el cual según afirma la Profesora Juanita Montoya Galvis “es muy importante, por qué tiene como uno de sus requisitos principales identificar las áreas de riesgo para determinar los usos de los municipios”. No obstante, como lo expresa la Profesora “aunque es claro que cada municipio tiene potestad para definir que sitios se pueden emplear como vivienda o habitar, una cosa es lo que dice el POT, otra lo que dice la Ley 388 de 1997 y otra es realmente lo que pasa, y es que los municipios están crecido al borde de los ríos”.
Crecimiento de la urbanización
De acuerdo a lo anterior, se debe tener conciencia del crecimiento de la urbanización y de los lugares en donde se está dando. “Si nosotros vamos a urbanizar, tenemos que ser conscientes también de cómo la urbanización transforma la naturaleza y cuáles son los efectos que esa transformación tiene y ser lo suficientemente inteligentes y sensibles para saber en qué punto se puede o no urbanizar” afirmó el Profesor Fernando Viviescas Monsalve. “En todo caso, el Plan o los Planes que debe tener una ciudad de ya casi 45.000 habitantes, Capital de un Departamento, en pleno Siglo XXI ha tenido que tener identificadas las circunstancias en las cuales se da el ordenamiento de estas quebradas y ríos que fueron las causantes de la tragedia” afirmó el Docente.
Por lo cual, se pregunta entonces la Profesora Diana Gómez Díaz, ¿Qué tanta planificación urbana había en el municipio?, ¿Qué tantas viviendas estaban ubicadas en lugares riesgosos?, esto es como lo afirma la Profesora Adriana Parias Duran “el reflejo de una situación general en el país, un problema estructural del acceso a la vivienda por parte de la población, ya que la forma más tradicional de acceder a ella ha sido en zonas de riesgo” y en este caso “los barrios que desaparecieron no cumplían con las normas mininas de estabilidad” por lo cual, “faltó una política de vivienda y de políticas locales más eficientes y eficaces” afirma la experta.
¿Y las autoridades?
Lo cual deja ver como lo expresa el Profesor Zambrano que “las autoridades ambientales no tienen instrumentos de intervención y las autoridades de planeación urbana no sirven ni tienen efectos legales para impedir la urbanización”, y se debió como lo afirma el Profesor Fernando Montenegro Lizarralde a “un problema que la ciudad tiene desde hace un tiempo, por cuanto por el centro de la ciudad pasan varios cauces que amenazan siempre con torrenciales, el proceso de urbanización no se ha controlado y ni subsanado los problemas de localización de la población que ya existía en estas áreas de riesgo”.
Es así como se hace evidente que esta tragedia ocurrió por el mal uso del suelo y la urbanización informal, que aunada a las causas climáticas hicieron colapsar a Mocoa. Por lo cual este no es un desastre natural, sino un desastre por la falta de intervenciones humanas.
Decisiones ambientales
Respecto a estas causas secundarias, el Profesor Zambrano señaló como razones atribuibles a los hechos la deforestación y la construcción de una nueva vía que comunica a Pasto con Mocoa y pasa por la reserva forestal de la cuenta del río Mocoa, pues en su opinión “esta construcción por alianza público privada, muestra como las decisiones sobre las vías no tienen en cuenta las decisiones ambientales”, motivo por el cual “no se puede decir que esto es un desastre natural, no es un desastre natural sino un desastre humano y deben haber responsables, en cabeza de las Alcaldías de Mocoa que han permitido la urbanización en la cuentas de estos ríos” afirmó.
Esto en palabras de la Profesora Edna Bonilla Sebá debido a que “en Colombia seguimos despreciando los temas ambientales y de planeación” este es según su opinión un problema de gobierno y de política pública por cuanto “se siguen favoreciendo otro tipo de intereses como los económicos y políticos de corto plazo”.
No son las basuras
De otro lado, ante las recientes noticias en diferentes medios de comunicación que endilga responsabilidad a las FARC, el Profesor Zambrano argumentó que el tema de los cultivos ilícitos es infundado, “no hay prueba de que en la cuenca del río Mocoa y en la reserva forestal del mismo, que es de más de 30.000 hectáreas hayan cultivos ilícitos”, Así mismo desmintió el hecho de que la tragedia se debiera al mal desecho de basuras, a lo cual expresó: “Nada tiene que ver el arrojamiento de basuras”.
Dicho lo anterior, va más allá de las precipitaciones, la deforestación y el mal manejo del alcantarillado, éste es sin lugar a duda, producto de la mala planificación del territorio. Es como lo diría el Profesor Zambrano “una crónica anunciada”, por cuanto “hace un par de años se hicieron ejercicios de monitoreo para darle seguimiento a las posibles inundaciones y todo parece indicar que se suspendió por falta de recursos”, afirmó el Docente Moises Cetré Castillo.
Y es así, una tragedia que se pudo haber evitado puesto que la emergencia ya estaba identificada. “Es un asunto bastante complejo, pero indiscutiblemente hoy en día existen herramientas para detectar alertas tempranas y poder avisar a la comunidad y realizar un seguimiento a las fuentes de agua, saber cuáles son sus caudales, poder tener un poco más de control del territorio”, expresó la Profesora Montoya.
Nuestra relación con la naturaleza no es inocua
En este sentido, como lo expresa el Profesor Viviescas, “han debido identificarse este tipo de cuestiones, porque éstas no son cuestiones simplemente de la naturaleza, esto no es tan sorpresivo, en este momento es perfectamente factible conocer las crecientes con cierta periodicidad de todas las fuentes hídricas, especialmente cuando se está en un centro donde se cuentan con los recursos como en una capital de Departamento” aseguró.
En otras palabras, la Profesora Gómez indica, “La tragedia de Mocoa lo que nos muestra es la falta de planeación de la posibilidad de que sucedan este tipo de catástrofes, es inaudito que no se hubiera previsto, si de por si las lluvias estaban tan intensas, eso ya era un indicativo del riesgo que ocurría”, falta planear las eventualidades, “las alarmas se pueden identificar con seguimiento de los ríos, del aumento del caudal, la intensificación de las lluvias y más con los riesgos de la situación geográfica de Mocoa” afirmó la Docente. Esto máxime “que al estar a la orilla del rio, en una zona caudalosa, en una de las zonas con más lluvias en la país se supone deberían haber una serie de decisiones tomadas con antelación, las cuales no ocurrieron” expresó el Profesor Patiño.
Esta es una “tragedia que se pudo haber evitado, es una cuestión de política pública efectiva, que no solo quede escrita sino que también se lleve a cabo”, expresó la Profesora Gómez. Al igual que el Profesor Montenegro, quien argumentó “Ya era un anuncio que se tenía sobre un problema, el Plan Básico debió haberlo señalado y las medidas nuevas que existen en Colombia sobre gestión de riesgo se debieron haber cumplido, pero si era un riesgo que ya se presentía”.
Por lo cual, el Profesor Cetré se preguntó: “¿cuántas situaciones más pueden venir?, no hay que esperar que ocurra la tragedia para implementar políticas correctivas para mitigar impactos de esa magnitud”, aseveró. En este sentido, se hace un llamado a las instituciones para asegurar la correcta planeación del suelo para evitar tragedias como esta y tener que acarrear los costos que generan estas emergencias, pues como lo expresa el Director del IEU “Ya la tragedia ocurrió y el intento de empezar a reconstruir resulta ser muy lento” y como lo afirma el Profesor Zambrano, “ al igual que Mocoa varios municipios están en una situación similar y tampoco se ha hecho nada, por un lado van las autoridades ambientales y por otro lado el ordenamiento territorial del municipio”.
Es un problema de todas las ciudades
“En Colombia, en general el problema se presenta en varias ciudades, ya sea por falta de recursos, falta de cultura, por falta de gobernabilidad e inclusive por una ausencia de una mirada técnica más atenta a lo que está pasando”, concluyó el Profesor Montenegro.
Finalmente, el Profesor Jorge Iván González expresó, “no aprendemos, es claro que en el país seguimos con unas brechas enormes entre las ciudades, en donde departamentos como el Putumayo se han descuidado y el tema ambiental termina manifestándose en este tipo de catástrofes. Es importante que reflexionemos y estemos mucho más prevenidos y atentos” afirmó.
- Nota escrita para el Observatorio de Gobierno Urbano. Creadores: Daniela García, Angélica Cupajita y Milton Medina.