Públicado en: Plataforma Urbana
Plaza Brasil, Santiago. © Plataforma Urbana
El placemaking es un concepto acuñado por la ONG estadounidense, Project for Public Spaces (PPS), para definir los procesos de diseño colaborativo de espacios públicos que toman en cuenta los deseos, intereses y las necesidades de las comunidades locales.
Sus alcances han sido estudiados en diversos grandes temas presentes en nuestras ciudades como el ecologismo, la psicología, la sustentabilidad, la resiliencia, entre otros.
El último informe elaborado por PPS con apoyo y financiamiento de la ONG especializada en salud, Kaiser Permanente, retoma este concepto y lo encuadra en que las estrategias y los proyectos formulados como parte del placemaking son capaces de mejorar la salud mental, psicológica y social de los habitantes.
El impacto de este enfoque es posible visibilizarlo en cinco áreas. Éstas son:
1. Soporte Social e Interacción
Parque Araucano, Santiago. © Plataforma Urbana
Que el ser humano es gregario por naturaleza es una afirmación que muchos han escuchado más de una vez. Esto significa que está diseñado para vivir en comunidad y que por lo mismo se debe relacionar con sus pares.
Ante esto, los espacios públicos se entienden como los espacios como excelencia para las relaciones sociales. De hecho, desde la Antigua Grecia que éstos eran los lugares de encuentro, siendo los principales el ágora, los mercados y los parques. Sin embargo, el traslado de esta interacción hacia los espacios privados es una realidad, sobre todo de las últimas décadas.
No obstante, el informe plantea que si existe interacción hay varios beneficios para su habitantes, siendo los principales el apoyo social, las redes de soporte y el sentido de pertenencia a una comunidad, valores que Kawachi I, Kennedy BP, Glass R. los agruparon para definir el capital social en su estudio “Social capital and self-rated health: a contextual analysis”.
Ahora bien, ¿qué se puede hacer para que esto sea posible? PPS comparte seis claves:
1. Involucrar a los residentes locales, trabajadores y a otras parte interesadas en un proceso significativo para ayudar a diseñar el uso y diseño de espacios que impactan al público.
2. Evaluar las oportunidades de las propiedades existentes (construir vestíbulos, plazas frente a edificios, lotes no desarrollados, calles adyacentes) para convertirse en lugares de reunión social que pueden albergar una amplia gama de actividades y programas.
3. Organizar o liderar eventos que busquen explícitamente reunir a miembros de la comunidad de diferentes orígenes sociales, económicos y culturales.
4. Proporcionar servicios de espacios públicos que fomenten la interacción social (mesas y sillas, música, juegos, etc.) y ofrecer espacio para reuniones privadas de forma gratuita o con descuento para grupos e intereses locales.
5. Identificar maneras de construir la capacidad a largo plazo de los residentes locales, especialmente de aquellos con desventajas en salud y otras áreas, con los programas que construyen habilidades y conexiones tales como entrenamientos, programas del internado, oportunidades voluntarias, y grupos de trabajo que ayudan a manejar y a programar espacios específicos.
6. Exhibir el talento y la cultura local con eventos o exposiciones tales como exhibiciones de arte y actuaciones, o presentando instalaciones diseñadas localmente y construidas como asientos y mesas.
2. Recreación Activa y Juegos
© Parque Bicentenario de la Infancia, Santiago. © Plataforma Urbana
Uno de los tantos beneficios asociados a los espacios y parques públicos es que si están bien diseñados fomentan la actividadad física entre quienes los visitan, sean niños o adultos. Así, cuando el diseño es un elemento que está bien logrado parte por incentivar las caminatas recreativas.
De esta manera es posible que sus visitantes puedan mantener un peso saludable, mejoren su función cognitiva y disminuyan los riesgos de tener enfermedades crónicas (por ejemplo, cardiacas y la diabetes tipo 2).
Sin embargo, a estos beneficios hay que agregar otros intangibles como la apropiación del lugar y la generación de un sentido de comunidad que se presentan cuando los habitantes han sido parte del proceso de planificación de los espacios públicos y parques.
Tomando esto como referencia, PPS entrega ocho consejos para favorecer la participación comunitaria en la creación de estos lugares:
1. Involucrar a los vecinos en la planificación y creación de parques y otros lugares de recreación activos, y en hacer mejoras para que estos espacios sean más ecológicos, seguros, limpios, accesibles y fomenten la interacción social.
2. Asociarse con grupos comunitarios e involucrar a los residentes locales para proporcionar ideas y comentarios sobre mejoras y programas para los parques locales y espacios públicos de recreación activa.
3. Buscar oportunidades para aumentar el número, el tamaño, la seguridad y la calidad de los espacios públicos de recreación activa a poca distancia de donde la gente vive.
4. Evaluar las oportunidades de incluir servicios recreativos activos, equipo y/o programación de forma permanente o temporal en propiedades existentes (plazas frente a edificios, parques, lotes no urbanizados, calles adyacentes, etc.)
5. Patrocinar o organizar eventos de Calles Activas o Calles Abiertas.
6. Programar actividades físicas y recuperación de espacios públicos mediante el uso del lenguaje, imágenes y métodos que atraigan a diversas poblaciones, incluyendo personas que no hablan inglés.
7. Mejorar el acceso a pie, en bicicleta y en transporte público y las conexiones a parques comunitarios locales, parques infantiles, actividades físicas y espacios públicos de recreación activa.
8. Encontrar nuevas formas de promover la socialización y la interacción en los espacios públicos de recreación activa, a través de estrategias como días de limpieza, eventos especiales, equipos o juegos interactivos y la disposición de monitores para múltiples edades e intereses.
3. Entornos Naturales y Verdes
Parque Metropolitano Sur, Cerros de Chena, Santiago. © Plataforma Urbana
La vegetación aparece como uno de los elementos principales en la construcción de un espacio público o en el mejoramiento de uno.
Su importancia radica en que es capaz de hacer un lugar visualmente más acogedor y beneficiar el estado de salud de la población en distintas perspectivas al reducir los niveles de ansiedad, depresión y estrés, y aumentar la atención y la memoria. Asimismo, se convierte en una plataforma para favorecer las actividades sociales y la interacción social que conforman el capital social.
Por último, ayuda a mejorar la calidad del aire y del agua, y reducir la delincuencia violenta. Entonces, ¿cómo contribuir a su existencia en nuestras ciudades?
1. Buscar oportunidades para aumentar el número, el tamaño, la seguridad y la calidad de los espacios verdes, parques y senderos a poca distancia de los hogares, particularmente en terrenos baldíos.
2. Incorporar elementos naturales en los espacios verdes existentes que tienen un vínculo con mejores resultados de salud, tales como árboles, características del agua, senderos para caminar y fauna.
3. Incorporar árboles y elementos de jardinería en el tejido urbano en general.
4. Alimentación Saludable
© Flickr usuario: Pilar Berguido. Licencia CC BY 2.0
La posibilidad de tener cerca una fuente de producción de alimentos permite que los consumidores accedan a alimentos frescos y contribuyan a reducir el impacto ambiental de la cadena de distribución de este rubro entre las zonas rurales y las urbanas.
No obstante, las ventajas de este sistema de producción van mucho más allá y son en términos ambientales, económicos, educacionales y sociales. Por esto, PPS aconseja impulsar estas iniciativas de producción tomando en cuenta los siguientes consejos:
1. Aprovechar las propiedades existentes y ubicadas en el centro (plazas frente a edificios, estacionamientos, calles adyacentes, etc.) para mercados regulares de agricultores durante todo el año.
2. Apoyar la ubicación de los servicios de salud y de alimentos saludables para conectarlos con otros nodos del sistema alimentario local (mercados de agricultores, bancos de alimentos, etc.).
3. Integrar proyectos de jardinería en la planificación de escuelas, viviendas habitables y otros desarrollos.
4. Crear oportunidades para la educación y la programación relacionada con la salud en espacios públicos.
5. Asegurar la clasificación de los productos a la venta en los mercados de agricultores mediante la entrega de vales, programas de apoyo al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) y los beneficios del programa de Mujeres, Bebés y Niños (WIC).
5. Caminatas y Ciclismo
El placemaking es un mecanismo de apoyo a los medios de transporte sustentables debido a que plantea que mientras a más lugares se pueda llegar caminando o en bicicleta, son más atractivos.
Es por esto que PPS aconseja los siguientes tips para este punto:
1. Buscar oportunidades para crear o mejorar destinos públicos o mejorar, especialmente aquellos que están situados en el centro, cerca de paradas de tránsito y que facilitan el acceso a pie o en bicicleta.
2. Mejorar el acceso a pie y en bicicleta a los principales destinos del vecindario proporcionando infraestructura segura, cruces, almacenamiento seguro de bicicletas, etc.
3. Patrocinar o ayudar de forma recurrente a organizar eventos de Calles Activas o Calles Abiertas.
4. Apoyar a los trabajadores en las calles del vecindario para crear lugares más seguros para caminar y andar en bicicleta.
5. Trabajar con los residentes para limpiar, reparar y embellecer las calles para hacer que caminar sea una experiencia más agradable y segura.
6. Proporcionar señalización de ruta y mapas frente a edificios de instituciones de salud y en otros destinos clave.
El informe de “Lugares Saludables: Mejorar la salud a través del Placemaking” lo puedes descargar acá (PDF).